Estas semanas están siendo muy intensas. Primero Chile, descubriendo nuevas cosas de la mano de Rafael Echeverria. Y este fin de semana Constelaciones Organizacionales, redescubriendo lo sistémico con Guillermo Echegaray. A la vez lecturas, sobre la psicología de Jung, Valquirias de Paulo Cohelo, etc... Conversaciones con las personas envueltas en todas estas experiencias. Y todo ello me trae ángeles, seres mitológicos, el inconsciente colectivo, los arquetipos... Me permite profundizar en el ser que somos, siendo consciente de que cada uno de nosotros somos un misterio inalcanzable.
Descubro lo bien que nos describen los dioses de la mitología griega. Descubro que yo tengo uno de otro. Me identifico con algunos rasgos de Afrodita, de Hera, de Demeter, de Hermes...
Y descubro la necesidad del desorden y del caos para exista orden, y descubro las máscaras, y tomo conciencia de que no somos más que máscara en nuestro día a día y que cuando nos ponemos una máscara es cuando damos rienda suelta a nuestro verdadero ser, es entonces cuando me comporto cómo yo soy. Y veo posibilidades de cambiar de máscara. Puedo elegir la máscara que quiero llevar y mostrarme así al mundo. Tengo la capacidad de diseñarme. Y todo eso me llega a través de Dionisos: Rey del Vino. Hijo del Zeus y Semele pata que Hera (mujer de Zeus) no encuentre al niño y le quite la vida será criado entre ninfas.
Dionisos: dios de mirada dulce y algo tenebrosa, produce un temblor interior, una extraña sensación, como si leyera nuestros pensamientos y nos sentimos desnudos y sentimos al dios desnudo. Se trata de una invitación a soltarnos.
El ritual que inspira tiene como centro el vino, la música, el baile, las máscaras que se ponen los participantes... mediante lo cual nos abandonamos a la música alcanzando una especie de trance que me permite desconectarme de mi mismo para conectarme con los demás. Es la bacanal; presidida por una máscara de Dionisos, está presente la hiedra (la planta en la que abandonaron a Dionisos al nacer). Nació dos veces. Cuando su madre se lo arranca del vientre cuando va a morir quemada por un rayo a los seis meses. Entonces queda entre la hiedra. Luego se lo introducen a su padre; Zeus en su pierna por tres meses y vuelve a nacer. Dios del renacimiento.
Ponerme la máscara es ser yo mismo, es quitarme la máscara que llevo conmigo siempre. Puedo mirar y pensar distinto: soy libre.
Implica, que cuando no tenemos máscara, no somos nosotros mismos; lo que hay es máscara.
El rostro real es un misterio, al cual nunca llegamos realmente.
Somos personajes que representamos. Puedo elegir mis personajes, puedo elegir mis máscaras, puedo elegir quien quiero ser en el futuro.
Dios de lo excluido. Es el único Dios que queda fuera del Olimpo. Todo orden requiere fundarse en un principio de exclusión. Para que haya orden hay que excluir algo que estaba (deconstruccionismo). Todo orden proyecta una sombra, todo orden se basa en un desorden. Todo orden es un fenómeno de sacrificio, se tiene que sacrificar algo para establecerse. El orden de la vida remite a los elementos excluidos. Dionisos representa esos elementos. Lo que negamos por el orden que somos. Para que el orden pueda mantenerse debe haber una expresión periódica de lo excluido para que vuelva el orden.
Continuará....(con el gran amor de Dionisos: Ariadna, el Laberinto y el Minotauro).