miércoles, 4 de mayo de 2011

De la “resolución de problemas” a la “indagación apreciativa”

¿Por qué no romper la tendencia de pensar en resolver los problemas, de centrarnos en lo que no funciona? Otra forma de mejorar, de desarrollarnos, de avanzar es posible. Rememoremos las vivencias positivas, compartámoslas y extraigamos de ellas nuevos aprendizajes. Esto es lo que se hace mediante el método de la indagación apreciativa.
Ahora que se nos pone en evidencia tanto en organizaciones, empresas, como en la sociedad en general, la necesidad de un cambio de cultura, de una revisión de valores, de la innovación social, el de los “Diálogos Apreciativos” puede ser el camino.
Los Diálogos Apreciativos son la búsqueda co-evolutiva de lo mejor de las personas, sus organizaciones, y lo que se refiere a su entorno. En su más amplio enfoque, involucran el descubrimiento sistemático de lo que le da “vida” a un sistema se encuentra más vital, más efectivo, y más capaz y constructivo. El núcleo de los Diálogos Apreciativos es el arte y la práctica de formular preguntas que fortalecen la capacidad de un sistema para aprehender, anticipar y enaltecer el potencial positivo. Como eje central está el impulsar la indagación a través de la confección de una “pregunta positiva abierta”  involucrando en su respuesta a numerosas personas.
En los Diálogos Apreciativos la intervención cede a la imaginación y la innovación; en lugar de negación, crítica y diagnósticos en espiral, hay descubrimientos y sueños. Los Diálogos Apreciativos intentan fundamentalmente crear una unión constructiva entre las personas y sus capacidades pasadas y presentes: logros, virtudes, potenciales inexplorados, innovaciones, fortalezas, pensamientos elevados, oportunidades, hitos, momentos culminantes, valores encarnados, tradiciones, competencias estratégicas, historias, expresiones de sabiduría, revelaciones  del espíritu o alma del emprendimiento y visiones de futuro posibles y valoradas.
El Diálogo Apreciativo, siempre intenta trabajar desde estas narraciones del “núcleo de cambio positivo” y presupone que todo sistema viviente tiene muchos relatos ricos e inspiradores de lo positivo que pueden ser revelados. Si se liga la energía que brinda este núcleo positivo a cualquier intento de cambio; se pueden movilizar cambios en forma repentina y democrática que nunca se creyeron posibles.

El arte de lo apreciativo es el arte de descubrir y valorar aquellos factores que dan vida a una organización o grupo. El proceso implica llevar a cabo entrevistas y narración de relatos para extraer lo mejor del pasado y preparar así la escena para la visualización efectiva de lo que puede ser como también nuestra capacidad social de hacer una elección consciente de lo que puede ser la evolución cultural.

De la resolución de problemas y  “necesidad percibida” Identificación de un problema a Diálogo Apreciativo. Apreciar. “Valorar lo mejor de lo que es”
Del Análisis de Causas a Visualizar/ “Lo que puede ser”
Del Análisis de Posibles Soluciones a Dialogar/ “Lo que debe ser”
Del Plan de Acción /“Tratamiento” a Innovar /“Lo que será”
De la hipótesis básica: “la organización es un problema” a Organizar es construir un puente hacia el éxito

Para la reflexión:
¿Podríamos despedir la era de “la resolución de problemas” como forma de indagación capaz de inspirar, movilizar y sostener cambios significativos en un sistema humano?
¿Qué sucedería con todas nuestras prácticas destinadas al cambio si comenzáramos todos nuestros trabajos con la hipótesis positiva de que las organizaciones, en tanto centros de relaciones entre personas, están “vivas”, con  infinita capacidad constructiva?
Fuente: “ A Positive Revolution in Change: Appreciative Inquiry” por David L. Cooperrider y Diana Whitney

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